Friday, December 28, 2007

Rodrigo y El Amor en los Tiempos del Cólera

Ayer fui a ver la película El Amor en los Tiempos del Cólera. Es un libro que leí hace muchos años, cuando estaba en prepa, y me encantó, es una historia maravillosa de un amor tan grande que tal vez solo exista en un libro, o en la imaginación de García Márquez y de algunos cuantos que seguimos creyendo que un amor de ese tamaño puede llenar un corazón y hacerlo latir, quizá con tanto dolor como en esta historia, quizá con una felicidad inmensa...
Pero hablar de amor no es lo que tengo hoy en mente. La película obviamente me hizo recordar el libro, y las circunstancias en que lo leí. Rodrígo... Cadenas me parece que es su apellido. Socialista, Marxista, Frezapatista, Idealista y buen amigo, así era él, al menos para mi hasta que las circunstancias cambiaron. Pero esa es otra historia y debe contarse en otra ocasión.
Rodrigo compartía muchas ideas conmigo, ideas de preparatoriano idealista sobre un cambio en el corazón de la sociedad que llevara a un cambio que hiciera a todas las personas iguales, compartía conmigo también el gusto por los libros. Por los buenos libros, digámoslo como es. Leímos juntos Rayuela, en orden y saltando de un capítulo a otro después, y tratamos de entender los laberintos de Borges, perdiéndonos por supuesto, nos burlábamos del comercialismo de muchos libros y nos molestaba la gente que leía a Cuahutémoc Sánchez y se sentían conocedores de la literatura. Comenzamos a leer a Julio Verne, Víctor Hugo y muchos otros, y leímos a García Márquez, desde El Coronel no Tiene quien le Escriba y llegamos a la conclusión de que verdaderamente el pobre no tenía quién le escribiera. Y así, un día llegó a sus manos El Amor en los Tiempos del Cólera. Le tocó leerlo primero, y después a mi fastidiar para que me lo prestara. No quería, y yo seguí fastidiando, así que finalmente un día me lo regaló, con una dedicatoria muy franca que decía algo así como: Para Caro con mucho cariño, porque se que si te lo presto no me lo regresas y me enojaría, y si no te lo presto no vas a dejar de joder, disfútalo. Y vaya que lo disfruté! Tanto como su amistad mientras duró. Un abrazo y mis mejores deseos a Rodrigo, donde quiera que esté.

Fermina

1 comment:

Anonymous said...

A mi no me conoces y quiero nada mas comentar que no debes de olvidarte de este blogger, recuerda que cuando creamos un hijo, nunca dejamos de alimentarlo, si no es asì puede morir y parte de tì se va tambièn. Creo que vas por buen camino. Aùn es tiempo de regar esta plantita.