Estaba uno de mis compañeros sentado en una banca tomándose una cerveza en una noche cualquiera, solo, cuando de pronto se le acerca un policía.
-Uh joven, está tomando en la vía pública?
-Buenas noches, oficial, lo que pasa es que, déjeme que le cuente. Vivo aquí cerca, y me peleé con mi novia, y pues salí a caminar para pensar un poco, y me compré una cerveza. Pero venga, siéntese conmigo, que le cuento la historia. (Y claro, se inventó algún drama de cómo le habían dejado el corazón partío).
-Está bien joven, solo porque usted me cayó bien, lo voy a dejar ir, pero a ver, cuánto trae?
-No oficial, no le digo que nomás me salí a caminar, no traigo nada, solo tengo las llaves de mi casa.
-A ver su reloj o su celular?
-No en serio no traigo nada.
En eso llega el poli No. 2
-Joven, ese auto que está ahí estacionado en zona prohibida es suyo?
-(ya se me cayó el teatro). Si, es mío.
-Chale, me quería ver la cara joven, ora vamos a ver qué trae en su carro.
-Mira, trae una película, cuál es? No la he visto.
-No, yo tampoco, pásala.
-(No mamen, tengo que devolverla a Blockbuster).
-Joven, abra su cajuela.
-Una silla de playa, la quieres?
-Sí, pásala también.
Librado por la fabulosa mordida de: Una película de Blockbuster, y una silla de playa.
No comments:
Post a Comment